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La Cultura de la colonialidad

 
2 Daniela Ortiz

Pasaporte español: Ruta y carabelas de Cristobal Colón.

El sábado 13 de octubre de 2012, a un día de la celebración de la Fiesta Nacional Española y de su insultante conmemoración del inicio del proceso colonial, la dirección general de los registros del estado publicaba un documento en donde se recogían los requisitos impuestos a la población migrante que quisiera obtener los mismos derechos que la ciudadanía mediante la única vía posible, la obtención de la nacionalidad. En la primera página del documento se decretaba que "el adecuado grado de integración en la sociedad española no se reduce a un conocimiento aceptable del idioma, sino que es preciso un conocimiento de las instituciones, costumbres y adopción al modo y estilo de vida españoles". El documento alentaba a la autoridad encargada de dicho proceso de maltrato burocrático a expresar si consideraba o no suficientemente integrada a la persona migrante solicitante.

De esta misma manera en el contexto catalán, y dentro del proceso de construcción de soberanía, era implementada lo que cínicamente se conoce como la ley de acogida. Esta ley se reduce a una serie de pruebas económicas y laborales para la obtención del permiso de residencia y la reagrupación familiar, a las que además se le añadía la necesidad de demostrar que la persona esta integrada a través de la participación en cursos, una entrevista y por sobre todo la exigencia del conocimiento básico tanto de la lengua castellana como la catalana.

La imposición de la integración a la población migrante no es más que una herramienta para reforzar el proceso de colonización de los sujetos que provenimos de los territorios dominados. En el caso de la defensa del requerimiento de la lengua catalana, exigencia aplicada exclusivamente a la población migrante, varios políticos del contexto catalán utilizaban el argumento de la manutención de la cohesión social mediante la utilización de una lengua común, lengua común que obviamente no es exigida a la población proveniente de Alemania o de Madrid. Como mencionaba en otro artículo relativo a este asunto, si el estado español nos exige a las personas procedentes de países como Perú, Bolivia o Ecuador que nos integremos en una sociedad que celebra su Fiesta Nacional el 12 de Octubre y en donde además existen 14 monumentos a Cristobal Colón, varios terminamos entendiendo que en realidad se nos exige que adoptemos frente a la sociedad española la misma postura que el indígena arrodillado ante el cura Fernando de Boyl que se luce en la base del monumento a Colón de Barcelona. La exigencia de la integración comienza por un violento cuestionamiento en sentido negativo de los saberes, costumbres y culturas de los que provenimos de las ex-colonias para terminar, mediante la estructura burocrática, determinando si a uno se le concede el derecho a no ser deportado y permanecer en este territorio.

Daniela Ortiz, 'Réplica', 12 October 2014, Acción realizada el 12 de Octubre durante la celebración de la Fiesta Nacional Española.

Desde el año 2015 el gobierno español otorgó al instituto Cervantes, que se define a sí mismo como una "institución para la difusión de la cultura española e hispanoamericana", el poder de elaborar las preguntas para la prueba de acceso a la nacionalidad, la perspectiva de la identidad nacional y los conocimientos que se asume un ciudadano español debe saber, no distan de los cuestionados por las autoridades en los años anteriores. Es así como las preguntas ¿qué se celebra el 12 de Octubre? ¿Cuáles son las fronteras de España? ó ¿Cuáles fueron los virreinatos españoles en las tierras colonizadas? demuestran como la colonialidad del saber se instituye con toda su fuerza, pues las respuestas correctas para aprobar el examen son las que corresponden a la reivindicación del carácter colonial e imperial de la identidad española. De esta forma, una persona que proviene de un contexto en donde quizás el 12 de Octubre se celebre el Día de la Resistencia Indígena debe contestar que en esa fecha es celebrada la Fiesta Nacional Española, una persona que provenga de Marruecos debe afirmar como españoles los territorios coloniales de Ceuta y Melilla y así sucesivamente, el sujeto migrante que pretenda obtener los mismos derechos que la ciudadanía debe asumir y repetir como legítimas las narrativas que lo inferiorizan.

1 Daniela Ortiz

Solicitud de cita para nacionalidad española: "Importante: Todos los solicitantes excepto menores de 14 años realizaran un examen de integración el día de la cita".

Quizás uno se pregunte qué tiene que ver todo este entramado de maltrato burocrático establecido por el sistema de control migratorio con descolonizar un museo. Aparte de ser precisamente la colonialidad uno de los elementos principales que tienen en común el museo, entendido como uno de los espacios centrales para la construcción del eurocentrismo, y el sistema de control migratorio, como la estructura vertebral de la colonialidad en Europa, es la cultura lo que se le exige aprender y asumir a la persona migrante y a su vez son los museos quienes se supone establecen los marcos de legitimación de lo que es o no cultura, de cómo se entiende y se difunde esta cultura.

Cuando se me invitó a participar en el seminario organizado por el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona bajo el título Descolonizar el Museo, así como en esta ocasión se me invita a escribir sobre este mismo tema, considero imprescindible tener en cuenta que en todo el entramado explicado en los párrafos anteriores es notable la ausencia de responsabilidad por parte de aquellos espacios y agentes de supuesta especialización en lo que es la construcción y difusión cultural. Si bien el Instituto Cervantes ya asumió su papel de inquisidor, instituciones como el Museo Reina Sofía, el MACBA, el MUSAC o espacialmente un espacio como La Virreina, han emitido un silencio ensordecedor en relación a cómo los representantes del sistema de control migratorio utilizan nociones como la cultura para determinar si a una persona migrante es o no expulsada. Que la utilización de nociones como la cultura para el refuerzo de prácticas de segregación racista y xenófobas por medio del discurso de la integración no tenga ningún tipo de resistencia por parte de las instituciones culturales hace imposible pensar que se pueda plantear un proceso de descolonización únicamente a través de exposiciones, debates y charlas que aparecen en las programaciones de manera puntual. Si no existe una articulación con los terrenos donde la colonialidad opera con toda su violencia en el contexto europeo actual, es posible que en los exámenes para la nacionalidad los migrantes terminemos teniendo que aprender el nombre de los artistas españoles que exponen en estos museos.

Entiendo que quizás este silencio deviene de la supuesta neutralidad política que asumen las instituciones culturales, esa compleja neutralidad que lleva a programar una exposición financiada por la embajada del estado colonial de Israel, publicar un texto en la hoja de sala en donde al estilo de Golda Meier no se pronuncia la palabra Palestina, pero si las palabras Jordania e Israel, y a expulsar de su inauguración a un artista refugiado palestino que realizaba una acción artística1 en protesta por la implicación directa de la Embajada de Israel en dicha actividad cultural. Esa neutralidad política que lleva a realizar una defensa a ultranza de la muy europea libertad de expresión en reclamo a la censura de una obra artística que incluía la imagen del rey Juan Carlos I pero no plantea un cuestionamiento como el realizado desde espacios no institucionalizados en relación a la humillación colonial de Domitila Barrios en dicha representación. Esa neutralidad política que lleva a denominar un recorrido por el museo Meditarrani y describir las tierras mediterráneas como un "refugio acogedor para inmigrantes". Esa neutralidad política que lleva a acompañar la exposición de diversos proyectos artísticos con claras reivindicaciones políticas por interpretaciones realizadas desde la institución que terminan explicando al espectador precisamente lo contrario a lo propuesto por el artista participante, como sucedió recientemente con el texto que explicaba en la hoja de sala parte del proyecto Estat Nació. Part I en la exposición Deseos y Necesidades: "Daniela Ortiz + Xose Quiroga proponen un recorrido por las calles de Barcelona para identificar los monumentos y edificios que celebran el pasado colonial y esclavista de nuestra ciudad, donde los valores de tolerancia y apertura a las culturas del mundo contrastan con la conmemoración de aquellos que se enriquecieron con el comercio de seres humanos o las empresas coloniales."

3 Daniela Ortiz

Intervención en publicidad de museo: Deseos y Necesidades. Al suelo los monumentos coloniales.

La persona autora del texto se refería a los valores de tolerancia y apertura a las culturas del mundo en la ciudad de Barcelona donde se persigue y detiene de forma violenta a las personas migrantes que trabajan en el espacio público? ó a los valores de tolerancia y apertura a las culturas del mundo en la ciudad de Barcelona donde se le exigen pruebas de integración e idioma a las personas migrantes para poder acceder a un permiso de residencia y así no quedar absolutamente segregadas de la vida civil o terminar siendo deportadas? Y es en esto último donde realmente cuestiono las intenciones políticas de la persona autora de la hoja de sala, pues precisamente el proyecto Estat Nació. Part I cuenta con un vídeo, que obviamente no fue expuesto, en donde se cuestionan las actuales políticas en relación a la exigencia de la integración de las personas migrantes en Cataluña.

Daniela Ortiz + Xose Quiroga, 'Estat Nació. Part I', 2014. Un grupo de personas migrantes aprendemos a pronunciar correctamente la lengua catalana mediante la repetición de discursos xenófobos.

En un contexto de extrema violencia colonial como el que vive actualmente la población migrante y refugiada en Europa, preguntarse por descolonizar el museo puede ser útil y necesario pero también corre el riesgo de ser una pregunta completamente fuera de contexto y hasta ofensiva si no se plantea como uno de los elementos principales de discusión la actual situación que impone el sistema de control migratorio europeo a las personas provenientes de las ex-colonias. Para descolonizar una institución cultural no basta con hacerse la pregunta, realizar exposiciones y seminarios, en el momento actual, descolonizar un museo requiere de un trabajo constante de posicionamiento en relación al sistema de control migratorio, requiere asumir que es imposible continuar con programaciones y eventos mientras en los contextos locales donde estas propuestas son presentadas hay una completa normalización de la existencia de Centros de Internamiento de Extranjeros, vuelos de deportaciones forzadas masivas e individuales, sujetos con semi-derechos y anti-derechos y situaciones de violencia extrema en las zonas de frontera. Descolonizar un museo requiere enviar cartas al ministerio de Interior, hacer ruedas de prensa denunciando la utilización de la cultura en el discurso de la integración, utilizar toda la maquinaria legal del museo para ponerla al servicio de aquellas personas perseguidas, requiere asumir el nivel de urgencia que ha sido impuesto en el contexto europeo por la estructura vertebral de la colonialidad.

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